El director general de Medio Ambiente y Mar Menor visita las obras acompañado del director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental de la Comunidad Valenciana
Los trabajos de eliminación de uno de los depósitos de almacenamiento de lixiviados, con capacidad para 1.800 metros cúbicos, suponen una de las últimas actuaciones para la restauración ambiental del antiguo vertedero de Abanilla. Con esta acción, que se inició hoy, las obras de la última fase del proyecto de adecuación, sellado, clausura y restauración de la zona afectada por vertidos ilegales por parte de la empresa que gestionaba el vertedero hasta el año 2011 alcanzan ya el 72 por ciento.
En concreto, de la superficie de más de 270.000 metros cuadrados afectados por estos vertidos se han sellado 195.000 metros cuadrados, correspondientes a los vasos 1-2, 3 y H. El 28 por ciento restante corresponde a actuaciones puntuales y a los vasos A y 0, que están ubicados en zonas comunes con la Comunidad Valenciana.
El director general de Medio Ambiente y Mar Menor, Antonio Luengo, visitó hoy la zona acompañado del director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental valenciano, Joan Piquer, para comprobar la evolución de los trabajos en los terrenos que afectan a la Región y coordinar el inicio de las obras en estas zonas comunes, previsto para la semana que viene.
"Una vez controlados todos los riesgos, tras las actuaciones de emergencia que concluyeron en octubre del año pasado, la extracción de los lixiviados almacenados en este depósito y su posterior sellado suponen un importante avance para solucionar una de las consecuencias de la actuación irregular de la sociedad que gestionaba la planta, como es el de los malos olores para los vecinos de la zona", destacó Antonio Luengo.
Las labores de extracción y eliminación del depósito se llevarán a cabo entre los meses de agosto y septiembre. Posteriormente, una vez que acabe el verano, se procederá a replantar vegetación para regenerar el terreno y recuperar así su estado natural. Por su parte, los residuos serán trasladados a un gestor autorizado para su tratamiento conforme a la normativa.
Está previsto que esta última fase del proyecto de adecuación, sellado, clausura y restauración concluya definitivamente en el mes de noviembre. Estas obras, que se iniciaron el pasado mes de marzo y cuentan con un presupuesto superior a 1,8 millones de euros, han permitido el sellado e impermeabilización de los vasos y zonas con residuos, así como el establecimiento de un sistema de drenaje de escorrentías superficiales y el recubrimiento de la zona con tierra vegetal y la revegetación.