La actuación, que cuenta con una inversión de más de 2,7 millones, incluye también la construcción de una nueva variante y tres glorietas
El nuevo puente sobre el río Chícamo construido por la Consejería de Obras Públicas y Ordenación del Territorio en Abanilla ha pasado con éxito las pruebas de carga realizadas esta semana para garantizar la seguridad de la nueva infraestructura.
Esas pruebas han consistido en someter el puente al peso de ocho camiones de 38 toneladas cada uno, dispuestos en diferentes puntos de la estructura, tanto en forma fija como en movimiento, para comprobar la resistencia de este paso elevado.
El director general de Carreteras, José Guijarro, explicó que "a través de este conjunto de operaciones es posible comprobar la seguridad del puente antes de su puesta en servicio, que tendrá lugar en diciembre". El responsable regional añadió que "este tipo de procedimientos sirven para demostrar que la realización del proyecto y la ejecución de la obras se han llevado a cabo satisfactoriamente".
El puente pasará a tener dos carriles de circulación de 3,5 metros cada uno y dos aceras de dos metros de ancho, lo que permitirá el paso de vehículos en ambos sentidos de forma simultánea. De esta forma se resuelve el efecto 'cuello de botella' y se proporciona un tránsito más cómodo y seguro a los peatones.
Además de la ejecución del puente, el Ejecutivo regional está llevando a cabo en el municipio de Abanilla la construcción de una nueva variante en la carretera de la RM-412, que conecta Abanilla con la pedanía de Mahoya, con el objetivo de incrementar la seguridad vial de conductores y peatones.
La actuación, que cuenta con una inversión total de 2.734.000 euros, incluye además la construcción de tres glorietas para una mejor ordenación del tráfico. En la travesía de la carretera con la población de Mahoya también está prevista la renovación del sistema de drenaje para la correcta evacuación de las aguas pluviales.