El yacimiento paleontológico de la Sierra de Quibas, en el término municipal de Abanilla, se encuentra a la cabeza en la investigación del clima durante el período Cuaternario europeo, según puso de relieve el director general de Patrimonio Cultural, José Francisco Lajara, que anunció una subvención de 25.000 euros para la protección del yacimiento.
Lajara hizo balance de los trabajos realizados durante la última campaña, en una reunión que mantuvo hoy con el alcalde de la Localidad, José Antonio Blasco, donde destacó al respecto que los resultados de los últimos estudios en el yacimiento, publicados en la prestigiosa revista 'Quaternary International', demuestran una alternancia climática para este período de tiempo en el continente europeo.
El equipo investigador que trabaja en el yacimiento ha identificado una sucesión continuada de hasta seis cambios climáticos que se produjeron en un período de entre hace 1.100.000 y 900.000 años. Es la primera vez que se registra en Europa esta alternancia climática para este tiempo, que supone el preludio de las fases glaciares, mucho más intensas, de mediados del Pleistoceno, hace 800.000 años.
Para detectar esta alternancia de episodios climáticos glaciares e interglaciares, los investigadores han realizado un análisis de la composición mineralógica de los sedimentos de cada uno de los niveles del yacimiento, de manera que han podido identificar y diferenciar aquellos estratos que se depositaron en épocas glaciares áridas de los que lo hicieron en momentos interglaciares húmedos.
La excepcional sucesión climática del yacimiento de Quibas permitirá saber cómo afectaron al medio terrestre europeo los seis cambios climáticos que se sucedieron durante la alternancia entre cuatro episodios húmedos y tres áridos.
Hace 2,6 millones de años, al inicio de la época conocida por los geólogos y paleontólogos como Pleistoceno, la Tierra abandonó las condiciones climáticas tropicales y subtropicales reinantes durante la época anterior (Plioceno), para entrar en una dinámica glaciar e interglaciar en la que se alternaban ciclos fríos y secos con episodios cálidos y húmedos, alternancias ambientales que han sido responsables de continuos cambios en la fauna y la flora de gran parte del globo. Durante los ciclos fríos, extensas áreas del planeta quedaban cubiertas de gruesas capas de hielo, mientras que, durante los periodos cálidos, el hielo se derretía y los mantos helados reducían su extensión.
Hace un millón de años, durante el momento de formación del yacimiento de Quibas, estos cambios climáticos estaban modulados por intervalos de unos 40.000 años, resultado de las variaciones en la inclinación del eje de la Tierra.
Niveles
En los niveles más antiguos del yacimiento de Quibas asociados al episodio interglaciar MIS 31, se han encontrado fósiles de una ardilla voladora, de un musgaño y del lagarto sin patas Ophisaurus manchenoi, todas especies vinculadas a bosques y humedad. De hecho, la aparición de Ophisaurus manchenoi en Quibas, hasta ahora sólo encontrado en este yacimiento, certifica que el sureste peninsular actuó como el último refugio de especies subtropicales de Europa.
En niveles más recientes del yacimiento, asociados a la fase glaciar MIS 30, aparecen sin embargo reptiles vinculados a ambientes abiertos y de matorral, como son la culebra bastarda y la víbora hocicuda, corroborando el cambio climático que ya indicaban los análisis mineralógicos de los sedimentos.
El yacimiento de Quibas es un enclave único en Europa por su edad. Se trata de una antigua cueva rellena de sedimento rico en fósiles de vertebrados e invertebrados de hace un millón de años. Este particular enclave ofrece una oportunidad única para avanzar en el conocimiento sobre el contexto paleoambiental y faunístico del lapso de tiempo que va entre 1,1 y 0,9 millones de años, una cronología algo posterior a los yacimientos de Barranco León en Orce y Sima del Elefante en Atapuerca, donde han aparecido los restos humanos más antiguos de Europa occidental.
Desde su descubrimiento en 1994, Quibas ha aportado restos fósiles de más de 80 especies, entre los que se incluyen grandes mamíferos como cabras, bueyes almizcleros, bisontes, caballos, gamos, puercoespines, macacos, jabalíes, rinocerontes, tigres dientes de sable, linces ibéricos, zorros, tejones y ancestros de los licaones o perros salvajes africanos. También hay una gran diversidad de pequeños mamíferos, aves, reptiles y anfibios.
3.500 yacimientos
José Francisco Lajara recordó que la Región cuenta con más de 3.500 yacimientos arqueológicos y paleontológicos identificados y registrados en la carta arqueológica, que se actualiza constantemente, y subrayó que el Gobierno regional ha concedido en los últimos meses 600.000 euros en ayudas para los yacimientos de Los Torreones (Yecla), Balneario romano de Fortuna, Salto de la Novia (Ulea) y la Bastida (Totana); y para los trabajos de inventario y plan de gestión del Arte Rupestre.